Con una presentación musical, 40 niños y adolescentes participantes del programa de Musicoterapia de la Unidad de Proyecto Zumar recibieron sus certificados por su constancia a las clases, tanto en la modalidad online como presencial. Ellos son el primer grupo que fue formado por instructores de primer nivel para ayudar a fortalecer la disciplina y fomentar la creatividad de niños y adolescentes de los sectores vulnerables de Guayaquil.
“La música facilita la expresión emocional y verbal, evoca pensamientos, es un elemento que les permite a los niños potenciar capacidades cognitivas y les aporta a dar orden, estructura y disciplina para mejorar su desarrollo integral”, comentó Romina Zeballos, directora de la Unidad de Proyectos ZUMAR
“Los participantes del curso aprendieron ritmos básicos, compases, notas y figuras rítmicas”, señaló Roberto Falquez, quien dirigió a este primer grupo. “Con ellos, trabajamos un autoconocimiento de ellos mismos, que es lo primero que deben aprender porque el instrumento más impórtate es el que se tiene dentro del cuerpo que es la voz”, comentó Falquez.
