Paraderos Urbanos FICHAS CORREDOR 1 PDF – 44
UBICACION DE PARADEROS DE TRANSPORTE PUBLICO DE LA CIUDAD DE GUAYAQUIL
Inicia con una Sección Introductoria a la milenaria zona cultural del golfo de Guayaquil y la cuenca del Guayas, sus maravillosos paisajes, su flora y fauna vistos por los expedicionarios científicos de la época colonial.
En esta sala destaca la extraordinaria escultura lítica monumental guancavilca, representada en los monolitos de San Biritute, La mujer de Colonche y la Piedra puná de los sacrificios, únicos en su tipo que se conocen en la nación.
Expuesta en 23 vitrinas se recoge una colección cerámica prehispánica que enseña ciertos aspectos fundamentales del proceso evolutivo de las culturas del litoral. La selección incluye tiestos tanto como esculturas modeladas en barro, objetos de arte utilitario o estético productos de la cerámica y metalurgia desarrolladas en cada una de las culturas del pasado aborigen.
El nacimiento de la ciudad y la evolución de su espacio urbano se exponen en la primera parte de la Sala Colonia, los antecedentes de la fundación y traslado de Santiago de Guayaquil y el rol de los conquistadores hispanos que intervinieron en este hecho histórico: Diego de Almagro, Sebastián de Benalcázar, Francisco de Orellana y Diego de Urbina.
Varios planos antiguos, ilustraciones, dioramas y dos maquetas a escala (1687 y 1772) reconstruyen los primeros siglos de la evolución urbana de Guayaquil y la conformación de los sectores históricos conocidos como Ciudad Nueva, Ciudad Vieja y el Barrio del Bajo.
La segunda parte de la Sala Colonia exhibe varios objetos coloniales (cerámica, monedas, armas de fuego) y al mismo tiempo relata los aspectos más destacados de nuestra historia bajo la Corona de España, entre ellos la producción y el comercio, la actividad de los astilleros, la obra pública y las grandes adversidades que marcaron nuestra vida en ese entonces, tales como las invasiones piráticas, los incendios y las pestes.
En esta sala está la maqueta a escala de la manzana donde se encontraba la «Casa de las Temporalidades» (1750) que fuese propiedad de la Compañía de Jesús; el conjunto arquitectónico comprendía la iglesia de Nuestra Señora de la Soledad, el colegio San Francisco Javier y la primera torre con reloj público de la ciudad.
La sala incluye la galería de retratos de los gobernadores coloniales (Juan Antonio Zelaya, Ramón García de León y Pizarro, Jacinto Bejarano y Lavayen, Bartolomé Cucalón y Villamayor, entre otros). También nos recuerda a los guayaquileños más notables del período como Juan Bautista Aguirre y Pedro Franco Dávila.
Colección de monedas y medallas antiguas del período republicano de nuestro país.
Monedas organizadas en orden cronológico desde la época de la Casa de la Moneda de Quito, el aparecimiento del Sucre en 1884 con el sistema decimal monetario (que reemplazaría al octavario) hasta finales de la década de los años 90 cuando nuestra moneda desaparecería.
Retratos de los Presidentes Constitucionales de la República Ecuador, expuestos en orden cronológico desde el Gral. Juan José Flores hasta el Dr. Alfredo Palacio. Destacan los retratos recientes de la autoría de Angeloni Tapia y Roberto Saavedra Walker.
El recorrido histórico de Guayaquil continúa en estas salas, teniendo como hechos protagónicos: El nacimiento de la república e impulso de la región bajo la administración del Gobernador Don Vicente Rocafuerte, la Revolución del 6 de Marzo de 1845, el bloqueo de Guayaquil de 1859, la Revolución Liberal y el Gran Incendio de 1896, entre los más relevantes del siglo XIX.
Destaca el espacio que hace homenaje a Don Vicente Rocafuerte y su obra como Presidente y Gobernador de Guayaquil, aquí se exhiben el ataúd en el cual fueron repatriados sus restos mortales desde Lima, un escritorio que fue de su propiedad y la maqueta a escala del Buque Guayas, precursor de la navegación a vapor en el país.
La sala contiene la gran condecoración «Arrojo Asombroso» o Cruz del paso del Salado.
Se relatan los antecedentes de la Revolución de Octubre y se hace una reseña cronológica de los acontecimientos durante los días previos al 9 de Octubre de 1820.
La sala contiene una galería de retratos de los Próceres de la Independencia (José Joaquín de Olmedo, Miguel de Letamendi, León de Febres Cordero, José de Antepara, José de Villamil, entre otros) que rodea a la copia facsimilar del Acta mediante la cual Guayaquil declara su independencia; además se exhibe armamento utilizado en la revolución, reliquias de los patriotas y otros documentos importantes del período independentista como los originales de «La victoria de Junín» de Olmedo, el «Reglamento Provisorio de Guayaquil» y ejemplares del primer periódico local «El patriota de Guayaquil».
Una pequeña sección que contiene un juego de dormitorio que perteneció al Mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre y la marquesa de Solanda que se complementa con cuatro óleos que reproducen paisajes y escenas cotidianas de Guayaquil como las pintó Ernest Charton a mediados del siglo XIX.
Guayaquil reconstruido por el esfuerzo de sus hijos, más bello y deslumbrante que antes del incendio, se abre paso con el nacimiento del siglo XX liderando todas las actividades que se emprendieron en la nación.
Científicos, literatos, estadistas y artistas tanto como médicos, diplomáticos e intelectuales, marcaron la ruta a seguir a las generaciones que nacieron con el siglo, su presencia permanece en la galería que contiene 20 retratos, 8 bustos y algunos objetos relacionados con ellos. El recorrido termina con la exhibición del Ford modelo A 35A Standard Phaeton (1929) que fue donado por el insigne guayaquileño Dr. Modesto Carbo Noboa.
Estos hombres dejaron un legado imperecedero a la ciudad y a la nación y este museo rinde homenaje a su memoria, al Guayaquil eterno.
Colección de pintura religiosa e imaginería colonial (siglos XVI al XVIII), en su mayoría anónima; la muestra hace énfasis en el estudio de la iconografía e iconología utilizadas en el arte sacro.
Se complementa con una recopilación de imágenes de las antiguas iglesias de Guayaquil que explica su arquitectura.En esta sala reposan los cilicios y disciplinas que pertenecieron a Santa Narcisa de Jesús.
Vestigios óseos de las fosas comunes utilizadas para enterrar a las víctimas de la mortal plaga que azotó Guayaquil en 1842. Las osamentas estaban enterradas junto al sitio donde se ubicaba la antigua iglesia de San Agustín hasta el año 1902 (Actual esquina de Pedro Carbo y Diez de Agosto).