La Dirección de Gestión y Promoción Cultura tiene a su cargo un ícono de la Ciudad: la Torre Morisca, la cual reabrió sus puertas a los visitantes el pasado 23 de mayo al cumplir 91 años.
“Tras dos años de pandemia apuntamos a que esta joya urbana de 30 metros sea recorrida por propios y extraños, además que conozcan su historia y sus anécdotas contadas por un guía”, manifestó la directora Allyson Luna.
Esta edificación fue construida a partir del 1 de agosto de 1930 e inaugurada el 24 de mayo de 1931. José Antonio Pincay, persona que da mantenimiento al reloj, cuenta que “es una labor muy minuciosa puesto que las piezas ya tienen desgaste y no hay repuestos para cambiarlas, he tenido que reinventarme adaptando uñas y partes que permitan su buen funcionamiento”.
Él es guayaquileño y ha aprendido de su familia el oficio. Tiene estudios realizados en Venecia y Génova que le han permitido tener los conocimientos necesarios para el arreglo de relojes. Da mantenimiento al reloj cuatro veces a la semana, pero le gusta venir todos los días porque disfruta el contacto con esta joya arquitectónica.
La Torre Morisca fue declarada Patrimonio Cultural y se invita a la ciudadanía a disfrutar este espacio este feriado que estará abierto todo el fin de semana, además el lunes 25 de julio de 10h00 a 17h00.